LA PALABRA TIENE ALAS PORQUE VUELA INQUIETA A ENCONTRARSE CON LA REALIDAD Y A CREAR LA FICCIÓN

lunes, abril 11, 2011

REFLEXIONES:¿POR QUÉ LEER?


LEER  ES CONOCER
Justo ayer, 2 de septiembre los estudiantes de toda la nación presentaron su prueba SABER 2012. Todos ante la expectativa de lograrlo, pusieron el interés en los textos que ahí se evaluaron.
Cabe resaltar que gran parte del éxito de la prueba se debe a elementos tales como dedicación, concentración y disciplina, pero ninguno de ellos tiene tanto peso como LA LECTURA.

La lectura, ese odioso momento que como estudiantes NOS TOCA VIVIR, da su fruto al presentar estas pruebas: aquí se demuestra si sabes o no leer y, lo que es pero aún, si comprendes lo que lees.

Al ser hijos de una sociedad tecnológica, nos damos cuenta que: a mayor tecnología menor crecimiento intelectual. Esto puede ser una constante, es necesario construirse desde los avances tecnológicos, pero, será tanta dicha el sueño humano de una única biblioteca virtual, qué tanto acudirán por textos los estudiantes, dará resultado?

A la tecnología hay que darle una oportunidad, pero al LIBRO, AL DE PÁGINAS TANGIBLES debemos rescatarlo.










Han transcurrido ya seis meses desde que iniciamos con esta odisea llamada PASAR EL AÑO 2012. Al enfrentarnos a un nuevo boletín vemos con angustia que de las diez materias que nos dan, llevamos perdidas once en definitiva. Se acerca la entrega de notas y empezamos a buscar cantidades de excusas para que, cuando nuestros padres reciban esa "joya" de boletín, nosotros estemos muy bien justificados y del regaño no se pase.

Bueno, pero que hay con el resto de año?, Será posible después de un 50% perdido recuperar lo que queda?, muy probablemente no. Pero como dice el dicho: La esperanza es lo último que se pierde.
Más detrás de todo este drama de la perdida de año se esconde risueño el fantasma de la mediocridad. Si. es duro, pero hay está con su mueca dolorosa. El Estado necesita mano de obra barata, nosotros podemos darla, pues nuestros estudiantes no se esfuerzan, no se comprometen, no buscan un futuro mejor, sino sencillamente, se dejan llevar por el odioso fantasma, del cual, muchos maestros queremos alejarlos, en vano resultan nuestros esfuerzos por dar calidad, cuando lo que recibimos por parte de nuestros estudiantes es grosería e indisciplina.
Quizás los estudiantes no se han dado cuenta que no se van a quedar jóvenes toda la vida, que los quince años en los que están, pasarán, dejando recuerdos gratos y si se dejan, ignorancia total.
Así que, en esta eduación donde las calidades son sinónimo de pasar a todo el mundo, lo más probable es que sí, que puedan pasar todos, pero, ¿es eso justo para con ustedes?, ¿es eso lo que realmente quieren?
De dónde saldrán los doctores, los ingenieros, los arquitectos, los dentistas, los políticos, de la misma clase social?
Esperemos que no, esperemos que no....

LUCECITA ALFONSO
DOCENTE


¿QUE PASO CON LA ATENAS SURAMERICANA?
Estamos viviendo un verdadero tsunami de la indecencia, un huracán de la grosería, que está desbordando los diques de contención de la ética humana.
El fenómeno de las malas palabras y de la vulgaridad en el lenguaje cotidiano se está popularizando en Colombia. En los colegios, en las empresas, en el hogar, en el bus, en la fila, en la internet, en el correo virtual, en facebook, en los celulares, etc, escuchamos y vemos groserías en niños, jóvenes y adultos; ¡por todos lados se oyen las consabidas vulgaridades!
Y lo que es peor aun, la mayoría de las personas se "acostumbran", sin hacer nada, a usar y escuchar este tipo de lenguaje como algo normal y cotidiano, creando una desagradable subcultura de la grosería.
Es hora de un cambio. Es hora de decir ¡ALTO! Yo quiero mi idioma y me siento agredida cada vez que un estudiante, o persona habla mayúsculas groserías sin importarle que alrededor hay personas que merecen respeto.
Aunque suene algo loco, quisiera proponer algunas estrategias que nos pueden ayudar a recobrar nuestro bello idioma y la dignidad.
Podríamos empezar haciendo un pacto de la decencia. Usted quizás esté muerto de la risa, es gracioso hablar de decencia y de pacto, cuando estas son palabras que ya ni siquiera se mencionan. Pero, no sería caballeroso insistir a nuestros amigos y familiares,en hacer un compromiso mediante el cual acordemos no decir groserías ni palabras morbosas dentro de nuestro recinto y cerca de nosotros.
Resultaría muy loco de mi parte, proponer, al mejor estilo de los penalties de fútbol, sacar "tarjeta roja", al "guache" que se atreva a maltratar a otros o a sí mismo con groserías y "chambonadas" idiomáticas?
O estaría en un error mayúsculo si sigo pensando en mis abuelitos, cuando me decían la frase de: "el ejemplo arrastra", es decir, que si empezamos a cambiar desde los adultos, los niños terminarán hablando un lenguaje decente, pulcro y libre de groserías?
Creo, sinceramente, que rescatar al lenguaje de la ignorante fuerza de la indecencia podría devolvernos el nivel de cultura que poseíamos, cuando eramos llamados la Atenas Suramericana, por la sutilieza, limpieza y claridad de nuestro lenguaje. ¡SUPEREHEROES AL RESCATE!

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